El Ministerio de Salud italiano ha decidido afrontar el problema del glifosato restringiendo su uso en zonas públicas y frecuentadas por grupos vulnerables, como niños y ancianos. Jardines, zonas recreativas, áreas deportivas, parques infantiles y zonas verdes en colegios y centros sanitarios se verán libres de este extendido herbicida que recientemente vio prorrogada su presencia en los mercados de la UE.
También se ha prohibido su utilización pulverizado pocos días antes de la cosecha en campos de cultivo, lo que es una práctica habitual para eliminar las malas hierbas y facilitar este proceso. Se trata de una fuente principal de contaminación residual por pesticidas en productos de consumo.
El uso no agrícola se ha prohibido en suelos con más del 80% de contenido en arenas para evitar la contaminación de aguas subterráneas.
Según el Presidente de Coldiretti, una gran organización agrícola del país, Roberto Moncalvo, «Con esta decisión Italia se pone a la vanguardia de Europa y del mundo en seguridad alimentaria y ambiental, pero debe bloquearse la importación de países que siguen empleando glifosato para defender totalmente la salud de los ciudadanos». Este sería el siguiente paso para Italia: impedir la entrada de productos tratados con glifosato que llegan de EE.UU. o Canadá donde su uso es muy común. 1 de cada 5 paquetes de pasta italiana se fabrica con trigo tratado con glifosato.
La organización internacional PAN Europe y la Fundación Alborada manifiestan su alegría tras estas medidas e invitan a otros países a que sigan el buen ejemplo de Italia, sumándose así al movimiento de protección de la ciudadanía frente a este peligroso herbicida, disruptor endocrino y probable cancerígeno para los seres humanos.
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