El pasado 17 de noviembre se produjo un hecho que podríamos considerar histórico: el Tribunal de Justicia de la Unión Europea aceptó la demanda de Suecia contra la Comisión Europea por no cumplir su obligación de regular adecuadamente los disruptores endocrinos.
La Comisión Europea dejó pasar la fecha límite legal a finales de 2013 sin proponer los criterios para la identificación de alteradores hormonales. La demanda de Suecia ha sido apoyada por el Consejo Europeo, el Parlamento Europeo y otros tres países de la UE: Dinamarca, Francia y Países Bajos.
Lisette Van Vliet, portavoz de la organización internacional HEAL (Health and Environment Alliance) a la que pertenece la Fundación Alborada, ha declarado: “Si todos los gobiernos y el Parlamento Europeo se han unido para demandar a la Comisión Europea está claro que ésta ha cometido un error. Estos retrasos exponen a los europeos a productos químicos que contribuyen al cáncer de mama y próstata, diabetes y obesidad, infertilidad y desórdenes de aprendizaje. Acudimos al Tribunal Europeo para que obligue a la Comisión a atenerse a los vencimientos dispuestos en la normativa europea con el fin de proteger la salud de los europeos”.
Los disruptores endocrinos (EDC, Endocrine Disrupting Chemicals) o alteradores hormonales interfieren con el sistema hormonal del organismo. Numerosas investigaciones apuntan a los EDCs como responsables de causar obesidad, diabetes y cáncer. Incluso cantidades mínimas de EDCs suponen un riesgo en particular para niños y bebés en el vientre materno. Se necesitan con urgencia políticas para reducir la exposición humana a estas sustancias, ya que el coste atribuible para la salud pública en la UE se estima en 157.000 millones de euros al año.
La Comisión Europea está llevando a cabo una evaluación de impacto socioeconómico, en parte a petición de la industria química y de los pesticidas. Se espera que este hecho retrase la adopción de criterios para la definición de EDCs hasta 2017 como mínimo.